lunes, 31 de marzo de 2008


Tal vez éste, mi blog, haya tenido poemas que nacieron de alguna manera mágica, sin pedir permiso, siguiendo el dictado de alguna musa perdida. Sin embargo, ahora, releyéndolos, noto una falta de mi presencia en los mismos, quizá por la manera en que estan dispuestos, o quizá porque muchos de ellos no tengan explicacion alguna del porqué nacieron. Ya es tarde. Aún así, hace rato que quiero publicar algo muy personal y sentido. Es una epístola que escribí cuando me enteré de la desicion de un amigo de dejar de vivir, sin decirnos el porqué de esa desición. Y si bien ésta carta trata de preguntar por tales dudas, mas que nada busco con èstas palabras contener a todas las personas que conocieron a él, y de paso, contenerme. No dudo de un próximo encuentro, así que les dejo ésta carta, te dejo ésta carta Fede, saludándolos una vez mas y agradeciendo vuestra compañía en éste espacio, que es mi amuleto de la suerte.



Fede


Por más que me esfuerce y busque entre antiguos libros usados, en persistentes ciencias que tratan de estudiar la infinita alma humana o en mi memoria algo menos que estacionada, no logro comprenderte. Se me torna muy confuso y hasta contradictorio comparar las imágenes que tengo de vos con vida y ésta última, decidiendo rendirte, dejando huérfanas todas las posibilidades que la vida tenía para vos. Y es que busco en éste papel una respuesta redentora que me ayude a entender el porqué buscaste de ésta manera aclarar dudas incómodas. Pero me es imposible comprenderlo. Y no porque se me antoje un moralismo religioso y barato, sino porque sabíamos que la vida tiene ráfagas de felicidad hasta en los lugares donde la naturaleza humana está reducida mínimamente, soportando pesares, sin embargo se vive con la esperanza de volver a respirar momentos de plenitud. Porque sabíamos que sólo se necesita encontrar fidelidad en uno mismo, tarea difícil pero certera, para resolver problemas innecesarios. Porque sabíamos, o al menos sospechábamos, que el verdadero amor, de tan simple y tan sencillo, se nos hacía difícil encontrarlo, pero el gusto de ello estaba en ésa búsqueda, sufriendo, amando, partiendo, andando sin pensamiento de la mano de un tango que tu guitarra sabía contar muy bien.La vida era complicada, debía golpear así, tenía que doler, para encontrar ante cada piedra nuestra suprema capacidad de sortearlas. Pero te respeto, algo hay en ése camino, solo necesito comprenderlo.Me quedo con la idea de sólida amistad que imprimiste y enseñaste a mis amigos. Uno de los valores mas nobles que debemos mantener y que en ustedes se transformó en hermandad, en una misma sintonía, y sobre ése soporte, crecieron respirando ése ambiente familiar, siendo lo que hoy son, gracias a tu necesaria presencia.Me quedo con alguna que otra reflexión sobre algún tema que no recuerdo, pero que nos hacía conversar, interactuar, conocer tu alma inteligente y sensible, conectarnos.Me quedo con un conjunto de acordes que preciosamente ordenados por tus dedos, hicieron perder mi mirada en la madera y en mis pensamientos, logrando así descubrirme alguna certeza. Y me quedo con el recuerdo, que es inmortal y cíclico, y de ésta manera, tu presencia será cotidiana. Entonces todo sigue, para contarte en nuestro próximo encuentro, de qué se trataba la cosa aquí. Descansá en paz, hermano, que desde aquí nosotros te hacemos el aguante. Al fin y al cabo de eso se trata la amistad. Y gracias por los momentos vividos.


Fernando Guilla

No hay comentarios: