miércoles, 14 de noviembre de 2007

León del Viento

Alguna vez, por otras casualidades (cuántas ya...) fuí a verlo presentar Bandidos Rurales, un trabajo importantisimo. En ese recital, pasaron imagenes de videos, sobre su trayectoria, sobre sus trabajos en todo el país y siempre en una actitud solidaria. Recuerdo que salí de ése recital, y ya en casa, con mis entrañables mates solitarios y nocturnos, escribí ésto esperando tener la oportunidad de entregarselo en mano propia. Aguante León:

A León Gieco

Lo necesitaba. Necesitaba ése casual encuentro para encender una fogata olvidada. Y necesitaba que sea casual, que sople el viento mis cenizas aun vivas, ése viento que pueblan sus palabras. Y así fue, que así sea...Rugían tonos de memoria cuando supe que algo se estaba generando en mi, o mejor dicho, re- generando. Y aunque su agreste voz resonaba en el torrente pacífico de mi sangre, el remolino no tardó en hacerse sentir. Y mi corazón quiso rugir, mientras que la sangre que llegaba a mi cerebro provocaba deseos de ser como él, o de compartir una canción con él, sueños de llegar a su edad y dormir tranquilo sabiendo que estás haciendo las cosas bien aunque te quieran vapulear, como a él. Ilusión de defenderme como un león cuando me ataquen como a una rata para mostrarles otra verdad, quizá la verdadera. En fin, deseos de hacer una canción verdadera y universal pidiendo a Dios sólo una cosa, o dos.Lo necesitaba. Creí haber apagado el ingenuo pensamiento de que la solidaridad era un arma necesaria de aplicar en días en que la desunión, y la violencia interna, externa, y propuesta quebraban risas, dignidades, cultura y canción. Y apareció así, como el viento que pueblan sus canciones, sin pedir permiso para convertirse en una opción de camino, que alguna vez dejé de lado por temor o simplemente, simplemente, soledad.Casi sin conocerlo, apareció singular, y se hizo plural mi inspiración. Un buen tipo, de ésos que hoy ya no conozco, de ésos que hoy ya no aparecen en mi camino. ¿Qué camino habré tomado? Y tal vez apareció desde un surco paralelo, un tímido surco como el que existe en Jujuy con su nombre, para decirme que nunca es tarde, que aun existe otro camino, el que dejé equivocado por tanta soledad, que existe otra opción.Lo necesitaba y nunca lo sabrá. Porque aunque sé y confío que alguna vez lo conoceré compartiendo unos mates, jamás le diré sobre ése viento, el de sus canciones, el de su rugido. Sólo hablaremos de lo que se podría hacer para mejorarnos como pueblo. A veces las palabras condescendientes no suenan convincentes. Pero sé que él lo sabrá, y como otros vientos me han avivado una llama y lo saben, él también lo sabrá y habrá un guiño cómplice, y seguiremos adelante, todos los vientos, a poblar más canciones necesarias, más canciones solidarias, porque nos necesitamos, los que fueron, los que son y los que venimos para que la obra sea perdurable. Gracias León por el viento.

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